jueves, 13 de enero de 2011

Atracción

Circe ofrece una copa a Ulises, 1891, John Williams Waterhouse
Nótese el respaldo del trono: es un espejo. Ulises (u Odiseo) advierte su propio reflejo en él y comprende que tras la invitación de Circe se oculta otra intención detrás. En la esfera del cariiño, el lenguaje no verbal, inconsciente, es más significativo, más transparente que el literal, mero reflejo o encubridor (está detrás) de los verdaderos deseos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ándale! es meterse a una órbita caracterizada por un espejismo. ¿Será como darse una vuelta narcisista?, ¿será que la mujer deseada, aquella que nos atrae sea un mero pretexto de un amor a uno mismo? No sé, ya quiero estar enamorado para no pensar en mi.

Falcón dijo...

Anónima- te asombraría saber que en la elección del objeto amoroso (en términos freudianos) somos todo -narcisitas, egoístas, celosísimos- menos generosos: se elige casi siempre, de forma inconsciente, a alguien que nos representa de algún modo, a algún miembro del mundo afectivo de la infancia.
Quizá por lo mismo, Savater recomienda una ética de sano egoísmo no de retórica 'entrega'.

Además, Anónima, el espejo no lo dispuso Ulises en el sitio en que aparece.

martha contreras dijo...

Desarrollar la habilidad para poner en palabras tus verdaderas motivaciones no te convierte necesariamente en un narcisista compulsivo. Sí, en cambio, puedes golpear el mito de la entrega incondicional y desinteresada, en eso estoy de acuerdo.

Anónimo dijo...

Sí, permítame, decir, que además de retórica, es lindo decir, y que me digan: ¡te amo!(bolero de Ravel de fondo, los jadeos no cuentan). Ejemplo: En una ocasión, alguien me preguntó: ¿Cómo quieres que me llame? y yo, el de aquel entonces, le contestó: se tú misma.. ¿el resultado?: ¡me recuperé al tercer día! Fin de la breve historia.. si abusé me dicen por favor y no lo vuelvo a repetir lo que pasa es que estos temas me hacer recordar locuras de juventud..con perdón de don Falcón. Soy una anima en pena.