martes, 11 de enero de 2011

Columpio

Columpiarse mejora el sentido del humor por la momentánea sensación de ausencia de gravedad; incluso, el movimiento oscilatorio de la cadera vigoriza la confianza en la parte baja del cuerpo para detectar el ritmo de la vida, compuesta de ciclos. La diferencia con el trapecista es que quien se cuelga y se columpia no lo hace para complacer a ningún público, pues el placer es intrínseco... y repetitivo, repetitivo, repetitivo. Aunque el columpio pende de dos cadenas verticales sujetas a un travesaño fijo en el suelo, el movimiento de atrás hacia adelante no siempre es el mismo, porque la Tierra no está fija y a su modo, también se columpia en el universo, según demuestra el Péndulo de Foucault. Por cierto, ¿cuándo fue la última vez en que desde un columpio tus pies alcanzaron el cielo?

4 comentarios:

Sergio dijo...

es chingonsísimo mecerse en el columpio! y después de un tiempo en el ir y venir saltar hacia el frente para experimentar la ingravidez y de nuevo volverlo hacer!!! recomendado para después o en el inter de un día muy pesado,además echarse una plática sentados en el columpio con el cariiño,es muy lúdico, ya si la dama en cuestión anda como la de la foto pues días como esos hay que repetirlos a todas horas.

Daniel Glez. S. dijo...

Yo he querido pero en los parques ya salieron hace mucho con la jalada de ponerles una banda metalica para que solo se puedan sentar niños. Y eso que todavía no tengo 30 años y ya me discriminan, que será cuando doble la edad.

Anónimo dijo...

Cuando me columpié en tí lindo. Besito

Anónimo dijo...

a mi no mecabe el culantro en los columpios de los parques