martes, 18 de enero de 2011

Re-alfabetización


El hipertexto
El paso de lo analógico a lo digital y la transformación de la lectura: nuevo proceso de aprendizaje
Hay quienes leen en el baño; otros, en el camión; los judíos ortodoxos balancean el cuerpo mientras repasan sus textos sagrados; los árabes leen de derecha a izquierda; Vasconcelos afirmaba que hay libros que se leen de pie o caminando; hay quienes logran leer un ensayo de filosofía en la terraza de una cafetería al borde de la calle, en medio del ruido del tránsito y la vocinglería...
Siempre han existido apropiaciones particulares de la lectura. Las revoluciones mediática e informática, sin embargo, a la par de la técnica de transmisión de los textos y del soporte en que se comunican, están cambiando aún más las formas de lectura, pues de la concentración, preocupación y contracción se ha pasado a la relajación, distracción y disipación.
La lectura no fue siempre y en todas partes idéntica. Los esquemas de interpretación corresponden a determinadas configuraciones y contextos culturales que varían con el curso del tiempo.
Esas mutaciones de las prácticas de lectura son más lentas que las revoluciones técnicas; por ejemplo, la trasmisión de imágenes de televisión (Blu-ray, 3d inclusive), la comunicación en tiempo real vía computadora (mails, chat), las noticias del diario y las revistas en pantalla, requieren otras modalidades de lectura.
Incluso, según la Asociación Internacional de Lectura Crítica, se necesita otra definición de "analfabetismo", para entenderlo como la imposibilidad de dominar las nuevas formas de la transmisión de lo escrito, más que como la incapacidad de leer y de escribir.
También tienen que cambiarse otras cuestiones, ya que en la nueva materialidad de los textos, las nociones jurídicas (Copyright, propiedad literaria, derechos de autor), los aspectos estéticos (diseño, originalidad, singularidad y estabilidad de las obras) y los temas de bibliotecología (clasificación, depósito legal, descripción bibliográfica), se pensaron para el mundo del libro impreso.
Es decir, lectura de un texto en un códice impreso, no supone las mismas operaciones de interpretación que la lectura de ese mismo texto en rollo de papiro o en el monitor de la computadora.
El hipertexto propio de los formatos digitales, por ejemplo, permite una recreación de los textos por parte del lector que antes no era posible; porque con frecuencia se salta al sitio que se desea, formando nuevas ligas (links) e infinidad de contextos nuevos. El lector de la era digital no hace un seguimiento lineal sino en forma de saltos, según sus inquietudes y necesidades particulares.
El zapping (cambio veloz de canales) por ejemplo, de la televisión, también condiciona la lectura en la medida en que la gente se habitúa a seguir varias historias de manera simultánea y, también, a resolver problemas para seguir escenas y argumentos extensos; la nueva modalidad del Facebook, con chat y blog incluidos, implican procesos de ejecución simultáneos.
A pesar no obstante, del atentado digital contra el libro tradicional, hay un consenso de que éste no desaparecerá, sino que habrá de coexistir con nuevas formas de lectura y nuevos procesos de aprendizaje.

-del periódico colombiano El Tiempo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Falcón: buen artículo del Tiempo