sábado, 6 de agosto de 2011

Rapunzel (des)trenzada

Quizá convenga releer con calma reconcentrada el cuento de Rapunzel a partir del mismo título. Se trata de un término botánico. En español, el vocablo alemán rapunzel se traduce como rapónchigo, palabra que proviene del latín rapum, que significa 'rabo' o 'nabo'. Es en la raíz de la planta, bajo tierra, donde se forma el nabo (piensarrápido: ¿con qué se asocia rabo o nabo?), pues a la vista, en la superficie, sólo es posible apreciar flores en forma de ingenuas campanitas moraditas. Así, de la raíz procede el nombre científico del rapónchigo: Campánula rapúnculus. Rapunculus pronunciado por los españoles dio rapunchicus, luego rapónchigo; y pronunciado por los germanos, de rapunzul brotó rapunzel.
La señora que no podía embarazarse tenía un gran antojo de nabo, falo o rapónchigo. Pero lo tuvo que robar, pues al parecer, el marido carecía del que la mujer deseaba vorazmente. Y surge el problema, el conflicto que origina el cuento: la bruja Gothel (Mutter Gottes en alemán es 'Nuestra Señora') tiene fuertes, grandes rapónchigos y muchos. De manera que la bruja da su autorización para que la señora deseosa los introduzca en su cuerpo para que, una vez procesados, devuelva el producto en la misma forma de rapónchigo o... Rapunzel precisamente.

¿Por qué la increíble crueldad de separar a una niña de sus padres; o aun peor, por qué la insensibilidad de éstos para dejar a su hija en manos de una bruja? Porque se trata de un cuento infantil; esto es, del ámbito imaginario donde aún no se presenta el principio de realidad y todo son deseos... ocultos. Así, la presencia en los cuentos infantiles de madrastras, brujas o hadas madrinas como figuras sustitutas de los padres (o la madre), es muy común: representan el miedo o de plano, el rechazo de una pareja a convertirse en progenitores. O el pánico de niñas y niños ha ser abandonados por sus verdaderos padres. Rapunzel bien pudo ser una niña no deseada: de ahí la necesidad de la bruja Gothel. Hoy en día, por cierto, ¿cuántas madres solteras o incapacitadas sustituyen la figura paterna con otras figuras de autoridad: abuelas, tías, nanas, maestras, padrastros,... madrastras?

¿Por qué además la crueldad de encerrar a una niña en una torre sin puerta ni escalera con sólo una ventanita en la puntita? ¿Cuál es el temor de la bruja para sobreproteger así a Rapunzel? ¿De qué enorme peligro debe cuidarla? ¿Qué amenaza constituye la niña? La respuesta reside en la larga cabellera de Rapunzel, en forma de larga trenza dorada. La bruja sube y baja por la trenza que frota, roza, restriega en la torre cada vez que la bruja sube y baja pegada a la torre; trenza que la mujer pide a gritos todos los días para subir y bajar por la torre... hasta que Rapunzel cumple los doce años. Es decir, cuando Rapunzel sale de la niñez, pasa a la adolescencia, se apropia de su trenza que lanza por la ventana mientras canta: lanza tus feromonas al viento.

Y aparece un varón: el príncipe (la aparición de reyes y cazadores en los cuentos infantiles es señal de autoridad, de nobleza suficiente para el rescate) que pronto sustituirá a la vieja mujer que necesita, goza, usa la gran trenza, nabo, rapónchigo, torre o falo. El príncipe ya tiene el suyo, así que es sólo cuestión de tiempo para que descubra cómo penetrar a Rapunzel; esto es, cómo penetrar en la torre que no tiene puerta de entrada.

Las mujeres fuertes, dominantes, autoritarias, temibles, fálicas como Medusa con su cabellera o trenzas de serpientes; la Hidra de mil cabezas; la Esfinge con cuerpo de león, pero con cara y pechos femeninos, enigma para Edipo; la reina madrastra de Blancanieves; la madrastra de Cenicienta; Úrsula, la mujer pulpo con tentáculos hinchados de la Sirenita; o la bruja Gothel con sus rapónchigos, protegen, defienden, son celosísimas: enseñan incluso a tener celos o fuerza de apego inversamente proporcional al temor de perder o descubrir hurtado su rapónchigo o trenza o torre; por lo que ponen obstáculos a todos los hombres (falos) que compiten con el falo imaginario de ellas ¿Quién las castrará y a qué costo? La sobreprotección o cuidado castrante de algunas madres todoterreno, impide el desarrollo y madurez de hijos e hijas. De sobra se escucha en el habla popular que alguien tiene mamitis, complejo de Peter Pan o de Wendy; en suma, de alguien que se resiste a crecer, pues no sabe vivir sin dependencia.

El príncipe al parecer, es derrotado por la bruja Gothel que castra o corta la trenza de Rapunzel impidiendo así, usar la torre, el nabo, falo o rapónchigo y además, ciega al joven que se arroja de la torre. Pero es derrotado, se dijo antes, al parecer. Pues Rapunzel ha quedado embarazada de gemelos. ¿Quién derrotó a quién? Final feliz: Rapunzel y el príncipe ganan.

¿Por qué ciega la bruja al príncipe? ¿Qué es lo que ella no quiere que él conozca? ¿Qué es tan terrible de ver? Recuérdese que Edipo se arranca los ojos, se torna ciego después de enterarse de que ha hecho el amor con su madre y matado a su padre; recuérdese que Medusa petrifica, mata con la mirada, de ahí que no se deba verla a los ojos (esto es, ver su cabellera plurifálica de serpientes) antes de cortarle la cabeza; recuérdese que la reina madrastra de Blancanieves no quiere que ningún hombre vea la magnífica belleza de su hijastra a quien obliga a vivir con unos casi-hombrecitos (piedras a descubrir en una mina; nabos o rapónchigos bajo la superficie); recuérdese que la madrastra encierra a Cenicienta para que no la pueda ver el príncipe que sin embargo, logró re-conocer la abertura de la zapatilla de cristal (himen rompible); y finalmente, recuérdese que en este cuento el icono es la enorme cabellera o larga trenza de Rapunzel. ¿Dónde cae dicha trenza? En la espalda, sobre la cual se forma así una doble columna vertebral que parte de la cabeza y culmina, por debajo (como la raíz del rapónchigo, como la trenza que cae en la torre), allí donde la cintura pierde o cambia su nombre a nalgas. Si el príncipe no pudo encontrar la puerta de la torre, ¿por dónde entró a conocer a Rapunzel?
PD- recuérdese que mitos y cuentos infantiles están hechos para mitigar y luego manejar la angustia, la ansiedad y el miedo en la etapa inocua o de la inocencia, a fin de madurar o ser capaz de ver.