viernes, 26 de abril de 2013

Los nuevos reporteros: el público

Escenas del enfrentamiento de la policía con los hermanos Tsarnaev, fotografiadas con iPhone por un vecino que vive justo frente a la calle donde ocurrió la balacera
Un vecino captura el momento en que da inicio la persecución cuando llega la policía, alertada por el dueño de la camioneta robada por los hermanos Tsarnaev
Los hermanos Tamerlán (al frente) y Dzhokhar pertrechados detrás de un auto, disparan y colocan en el piso la bomba de fabricación casera mediante olla de presión
Al trepar a un auto y salir huyendo en reversa, Dzhokhar pasa literalmente por encima de su hermano Tamerlán (en el círculo rojo) que fallece en medio del tiroteo con la policía
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 Queremos investigar

-Lluís Bassets, 24 abr 2013, El País
(...) Este es el caso del atentado de Boston del 15 de abril y la posterior caza al hombre en búsqueda de sus autores, un conjunto de hechos que constituyen un buen punto de partida para la comprensión de estos cambios. Nada de lo que allí ha sucedido, desde la acción criminal de los hermanos Tsarnaev hasta la detención de Dzhokhar, puede comprenderse sin la nueva rebelión digital de las masas y específicamente sin el registro de imágenes por parte del público, la transmisión por las redes sociales e incluso la participación directa del público en la interpretación de los millares de datos que iban vomitando sin parar las redes sociales. Hasta el punto de que la ilusión de que una multitud inteligente estaba al cargo de la investigación del crimen llegó casi a imponerse a una sociedad que ya ha experimentado en muchos campos el poder de la tecnología en manos del público. Corroboraban esta impresión los graves errores informativos en que incurrieron medios tradicionales como la cadena de televisión de noticias continuas CNN, la agencia de prensa AP o el diario The Boston Globe, así como la difusión de sospechas sin fundamento sobre ciudadanos inocentes. "Los medios, tal como los hemos conocido, han cambiado para siempre", escriben los redactores del Daily Barometer, un pequeño diario universitario de Oregón. "Revisábamos nuestros teléfonos, no mirábamos la CNN. No íbamos a los portales del Boston Globe o el Boston Herald. Y definitivamente no íbamos a esperar a la edición del diario en papel del día siguiente para ver el relato de Associated Press. Todos estábamos en Twitter". "Ha sido el primer gran relato periodístico interactivo", ha señalado Felix Salmon, de la Columbia Journalism Review.

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