miércoles, 13 de agosto de 2014

Notas al calce de Robin Williams

Para un ser humano sin anteojeras 
no hay espectáculo más bello que el 
de la inteligencia en lucha permanente 
con una realidad que lo supera 
-Albert Camus en 
El mito de Sísifo

La pulsión de muerte es una tendencia a liberar el cuerpo de toda tensión y volver a lo inorgánico (o inanimado); es casi una invitación a la autodestrucción... para alcanzar la calma total. Por eso, cuando el sujeto intenta agredir a un tercero lo hace para exteriorizar ese impulso de (auto)destrucción. Pero ¿qué sucede cuando el Otro hacia quien se dirige la agresión o destructividad, es un ser amado (como el padre o la madre) o un objeto con el cual nos identificamos? Brota la culpa y, a la vez, la angustia, la ansiedad o pánico de ser desintegrado y aniquilado por el Superyó, ese juez implacable conocido popularmente como la voz de tu conciencia: "no me obedeciste" -exclamó quizá la voz del padre (un alto ejecutivo de la compañía Ford) al que decepcionó Robin Williams cuando huyó de su casa para convertirse en actor en vez de estudiar una carrera seria como ingeniería-, "no me protegiste a mí, quien te dio protección y gratificación; no me has demostrado tu gratitud, deberás entonces sufrir las consecuencias". El sujeto cae en culpa y desvalorización de su Yo, y culmina en su autodestrucción. Con el deseo de castigarse a sí mismo para no castigar al ser amado, se hunde, se deprime el Yo, cae en de-presión e impulsos suicidas. Señala Freud: 

"Nadie encuentra la energía psíquica necesaria para matarse si no mata simultáneamente a un objeto con el cual se ha identificado previamente, volviendo contra sí mismo un deseo de muerte que en realidad, va orientado hacia otra persona"

El acto suicida se experimentará entonces como un mensaje a esos seres u objetos acosadores, amados u odiados. La fantasía del suicida suele ser "me mato para que sean ustedes los que tengan que sufrir", como si pudiera ser testigo, una vez muerto, del sufrimiento de los otros. 


O Rose, thou art sick!
The invisible worm
That flies in the night,
In the howling storm,
¡Oh, Rosa, estás enferma!
El gusano invisible
Que vuela en la noche,
Entre el aullar de la tempestad,
Has found out thy bed
Of crimson joy,
And his dark secret love
Does thy life destroy.
Ha descubierto tu lecho
De gozo carmesí,
Y su amor oscuro y secreto
 Destruye tu vida. 
-William Blake

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