que encajan frenéticos torres como puñales en la cicatrizada
epidermis de la Zona Metropolitana de Guadalajara
La pagoda de Babel
-G.K. Chesterton
Ese
cuento del agujero en el suelo, que baja quién sabe hasta dónde,
siempre me ha fascinado. Ahora es una leyenda musulmana; pero no me
asombraría que fuera anterior a Mahoma. Trata del sultán
Aladino; no el de la lámpara, por supuesto, pero también relacionado
con genios o con gigantes. Dicen que ordenó a los gigantes que le
erigieran una especie de pagoda, que subiera y subiera hasta sobrepasar
las estrellas. Algo como la Torre de Babel. Pero los arquitectos de la
Torre de Babel eran gente doméstica y modesta,
como ratones, comparada con Aladino. Sólo querían una torre que
llegara al cielo. Aladino quería una torre que rebasara el cielo,
y se elevara encima y siguiera elevándose para siempre. Y Dios la
fulminó, y la hundió en la tierra, abriendo interminablemente un agujero,
hasta que hizo un pozo sin fondo, como era la torre
sin techo. Y por esa invertida torre de oscuridad, el alma del
soberbio Sultán se desmorona para siempre.
1 comentario:
Bravo Manuel verdadero y poético.
Gracias Master.
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